sábado, 5 de junio de 2010

Palabras de mujer, discurso de hombre


Siguiendo la temática del encuentro/desencuentro entre hombre y mujer, tratada en otro artículo, me parece interesante compartir con ustedes conceptos que el Dr. José Milmaniene expone en su libro "Extrañas Parejas-Psicopatología de la vida erótica". Según el autor, la escisición de la vida erótica es paradigmática de la posición sexual masculina, dado que ama a la mujer formal e idealizada (esposa y madre de los hijos) y se denigra a la otra del deseo, que es la que consiente todas las fantasías. La mujer, por el contrario, requiere del reconocimiento amoroso para sostenerse como sujeto, luego de la experiencia de la pérdida de la virginidad, momento de marca angustiante que desestabiliza la supuesta completud fálica. Mientras que el hombre disocia para mantener la ilusión de la madre fálica y poder desmentir así la castración, la mujer integra para encubrir con el velo del amor la dimensión de la falta que el comienzo de la vida sexual impone. Obviamente estos posicionamientos fantasmático-conductuales se suelen invertir cuando nos hallamos en presencia de mujeres fálicas y de hombres feminizados.
Resulta entonces de interés clínico situar la posición de lo masculino y lo femenino teniendo en cuenta los modos de entrada diferenciales en relación con la palabra y con los estilos discursivos.
Sostiene Milmaniene:"Cuando Freud habla de las consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica, se refiere también a la disimilitud radical que implica el uso del habla y/o la escritura para los sexos, asentada en el vínculo diferencial que entablan el hombre y la mujer con el Falo y la castración.
Los diferentes estilos se hallan marcados en su origen por la separación de los sexos, los que por la inevitable imbrincación de lo masculino y lo femenino, no existen en estado puro. Bisexualidad de los discursos, pues, -letras de mujer y significantes organizados en sistemas conceptuales del hombre-en perpetua y constante interacción-tensión, entre los cuales circulan los sujetos en un eterno malentendido, tal como lo evidencia al extemo la subversión radical del discurso propio de un sexo, en tanto se puede hablar siendo un hombre con el estilo de una mujer y al revés."
El autor trae conceptos que el psicoanalista Darian Leader expones en su libro "¿Por qué las mujeres escriben mas cartas de las que envían?". Sostiene entonces Milmaniene :" Las palabras de mujer totalizan un sentido definitivo, en tanto remedan la incompletud de un cuerpo "inacabado", a la vez que remarcan la brecha entre la existencia vivida y el lenguaje que la significa. Afirma Leader: "Quizás eso es lo que en última instancia implica el amor de la mujer: la posibilidad de sacrificar el sentido, de no tener que significar nada". Por el contrario, continúa Milmaniene, "el discurso del hombre aspira a atrapar-al modo obsesivo- con las frases y fórmulas verbales, el sentido pleno de la existencia. Al finalizar su discurso, el hombre pretende haber aprehendido todas las significaciones, a las que la mujer supone siempre inabarcables. Por eso es que el amor del hombre en última instancia , implica lo contrario que el de la mujer: la resuelta búsqueda de sentido y la negativa a permitir que algo no signifique nada. Se entiende entonces, que las palabras de la mujer contactan con su más allá inasible, umbilicándose en la apertura de una espera que nunca termina de resolverse; en tanto los discursos del hombre se cierran y se pliegan sobre sí mismos, rechazando el resto irrecurrible de lo real. Así el hombre dona los sentidos y la mujer se abre a la ausencia de éstos".

1 comentario: